Declaración del 2º Encuentro Nacional en IMPA, Fábrica Recuperada

El sábado 24 de Octubre, Convocatoria Popular realizó su 2º Encuentro Nacional en IMPA, Fábrica Recuperada.

(Predocumento)

Tal como lo habíamos anticipado, nuestra reunión se produjo en una compleja coyuntura política, caracterizada por el recrudecimiento de la confrontación entre bloques populares y reaccionarios en Argentina y en America Latina. La situación nacional permite ver una recuperación de los sectores populares en la medida que el gobierno nacional instala su iniciativa generando una agenda política cara a los intereses populares. Son estas iniciativas y su profundidad las que determinaran en esta coyuntura la capacidad de recomposición y el afianzamiento del bloque popular. Esto sin desconocer que, en lo parlamentario, la nueva conformación de las Cámaras introducirá factores de perturbación.

El éxito logrado por la sanción de la Ley de Medios Audiovisuales -que introduce un cambio importante en las condiciones generales del conflicto social y político en nuestro país- se ha visto amplificado sustancialmente con la asignación universal por hijo sancionada por decreto de la presidenta Cristina F. de Kirchner. El paso de los días permitirá verificar hasta que punto estas medidas tienen un gran alcance y significación política y social.

¿Pero que ocurre del otro lado, allí a la derecha del gobierno kirchnerista? Las fuerzas de la oposición están crecientemente divididas e incluso enfrentadas entre sí, en un abanico que va desde el gorilismo reaccionario más descarado, pasando por un radicalismo y panradicalismo paniaguado, hasta un atomizado y disidente peronismo conservador. Todos se enardecen al advertir que se les va escurriendo el tan mentado “mensaje de las urnas”, a pesar de contar con el apoyo permanente de los medios masivos de difusión. En un esfuerzo supremo por retener en sus esferas de influencia ese caudal electoral, no vacilan en competir redoblando sus slogans deslegitimadores, fogoneando en las clases medias temores y prejuicios discriminatorios, rozando permanentemente los abismos destituyentes y violentando –ellos primero- la tan declamada y cacareada “calidad institucional”.

Caracterizan sus políticas los violentos ataques demonizadores sobre movimientos sociales, sus líderes y dirigentes. A su modo son partidarios de una aguda polarización social: nunca más “piquetes y cacerolas la lucha es una sola”. La presunta violencia piquetera, el “narcotráfico” y el “clientelismo” son las barreras que erigen entre los de abajo y las clases medias.

La derecha económica hace su parte, como lo vimos en el conflicto de Kraft, una ofensiva empresaria que al mismo tiempo atropella a los trabajadores en sus derechos laborales y en sus representaciones, tanto como a la institucionalidad argentina en sus leyes y en las disposiciones gubernamentales desconocidas por la empresa. La multinacional norteamericana fue sostenida por la flor y nata del poder económico local, UIA y AEA mediante.

Asignación universal y nueva etapa

La rapidez y eficacia con que se logre implementar esta medida, que comienza a satisfacer una necesidad impostergable de los sectores más desprotegidos de nuestra Argentina, puede determinar el ritmo y el rumbo de nuestra recuperación política post derrota electoral.

De mantenerse la iniciativa gubernamental tienden a estabilizarse los márgenes de gobernabilidad, acudiendo a alianzas incluyentes del centroizquierda, en consonancia con el escenario latinoamericano y las nuevas características de nuestra inserción internacional.

Aún así se evidencian diferencias de enfoque entre el grupo gobernante y gran parte del aún disperso movimiento popular: la disposición de éste a avanzar en la reforma a la Ley de Entidades Financieras de la dictadura, en el gravamen a la renta financiera y a la Reforma Impositiva, están en sintonía con las aspiraciones más audaces de orientar los recursos financieros a la inversión productiva de signo claramente nacional y reactivador, a resolver con firme decisión el problema de creación en vasta escala de empleos y el avance en la distribución de la riqueza generada por el conjunto de la Nación. Es esto lo que fundamenta la necesidad de construir fuerzas organizadas y autónomas para darle sustento, programa y conducción al movimiento popular. Dicho de otra manera, sin poder popular no hay garantías de profundidad en los cambios ni de perdurabilidad en el tiempo.

2010 – Año preelectoral

Sin embargo otro fantasma amenazante se yergue a plazo fijo: el ballotage en las elecciones del 2011 y la posibilidad de una derrota en la 2ª vuelta. Los sectores medios han fugado masivamente hacia la oposición y a pesar del desencanto que ésta provoca no han retornado. Y parece difícil que retornen de la mano de la actual conducción de este proceso.

Se impone así plantearnos esta cuestión en dos planos: 1º) el de la construcción de un nuevo bloque de poder plebeyo y popular, sustento permanente de un proyecto de emancipación, con capacidad de movilización y de imponer una agenda programática que trascienda gobiernos y elecciones. La unidad del campo popular no es una alquimia principalmente electoral. La vía de recomposición de la unidad de trabajadores ocupados, desocupados, pobres y clases medias pasa por unir a los sectores que mejor defienden la profundización del modelo.

2º) y en otro plano, indudablemente interconectado con el anterior pero dando cuenta de la coyuntura del 2011, es necesario conformar una mayoría electoral, sin sectarismos ni exclusiones, para impedir una derrota que nos haría retroceder años y entregar parte del terreno ya conquistado. Las luchas populares recientes han legitimado tanto fuerzas kirchneristas como no kirchneristas, pero el antikirchnerismo que circula por izquierda genera desconfianza y confusión. Esto nos convoca a redoblar el trabajo ideológico y a perseverar en el esclarecimiento político acerca de quienes son y donde están los verdaderos enemigos, para unir en su contra a la mayoría de la Nación.

Hacia el Proyecto Nacional y la Unidad Popular

Queremos reafirmar los acuerdos de Convocatoria Popular, como un aporte en la busqueda de aquellos ejes centrales sobre los cuales sea posible cimentar la unidad del amplio campo popular, hacia un renovado proyecto nacional y un bloque político capaz de sustentarlo:

1) El Estado como centro y motor de un proyecto económico nacional y regional.

2) Necesidad de una profunda reforma institucional y constitucional. Hacia una Democracia Participativa y un nuevo modelo de Estado y de gestión pública.

3) Integración Regional para la viabilidad de los proyectos populares en Nuestra América.

4) Construcción Política: la búsqueda del protagonismo y la movilización de masas como sujeto y sustento del proyecto popular. Lógica frentista-movimientista y articulación de la diversidad. Autonomía de la organización política y centralidad de la militancia.

CONVOCATORIA POPULAR se propone hacer una contribución en esa dirección. Procurando el protagonismo, la unidad y la movilización popular. Con vocación frentista. Con convicciones y principios. Con democracia interna y espíritu abierto y amplio. Sin acuerdos de cupulas, dirigentismos prefabricados, ni “construcciónes mediáticas”. Para profundizar el rumbo transformador, camino a saldar la deuda interna, superar las enormes desigualdades existentes y afianzar el curso hacia la integración latinoamericana y la definitiva emancipación.

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